Si valoro los años por todo lo que he aprendido, este ha sido el mejor año.
He aprendido muchas cosas de fuerza, de movilidad, de coaching, de rugby, de empresas, de «saber estar», de pareja, de entrenamiento personal, pero os voy a «entregar» lo que considero mi joya de aprendizaje del año.
¿Os ha pasado que cuando viajas solos estáis asustados? El idioma es una de las cosas que a mi me hace que un viaje SOLA me asuste más o menos. Si viajo a un sitio donde hablan español, sé que aunque las cosas se pongan muy feas, siempre puedo tirar de elocuencia para solucionar problemas. El segundo escalón sería el inglés. El tercer escalón de miedo es ir a un país donde no hablan ni español ni inglés (y no lo controlan) y el cuarto escalón es viajar sola a un país donde el idioma es un problema y también lo es la seguridad o «la percepción de la igualdad».
Cuando viajamos solos estamos asustados, pero en mi caso también un poco emocionada por el reto. Las personas ante el miedo tienen diferentes reacciones. A mi, que me paso la vida dándole a la misma un sentido de juego/competición, el miedo me parece un reto y superarlo me hace sentirme un superhéroe.
Pero hay personas que ante el miedo reaccionan cargando ante los demás, burlándose o simplemente echando la culpa de algo a otra persona. Aunque aún no han reconocido que es miedo.
Pues, sabedlo, la vida es un viaje en el que viajamos solo, y hay cosas nuevas que nos producen miedo. Solo hay que reconocerlo. Reconocer esto en los demás, me ha ayudado a perdonar y entender muchas de las cosas raras que me han sucedido este año. Hay gente asustada por los cambios de su vida, por sus nuevas ocupaciones, por sus lesiones, por los fracasos con los que no contaban, por los nuevos cargos, por nuevas responsabilidades, por enfermedades, por problemas de pareja o familiares. Solo están asustados, por eso actúan así.
Viajo sola y cuando vuelvo escribo sobre lo que he superado. Y ya estoy preparada para el 2015.
De nada 😉
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