Las dos últimas semanas el tiempo (weather) en Madrid ha sido muy irregular. Eso me ha hecho estar muy muy cansada y miraba hacia delante con bastante pesimismo. Así abordé varios asuntos con unas expectativas muy bajas, pero siendo consciente de ello, me esforcé por emplearme el doble. Los resultados finales fueron bastante buenos y me sentí muy orgullosa de mi trabajo.
Todos los estudios apuntan a que hay que tener un sentido de equilibrio respecto a las expectativas, ni demasiado altas ni demasiado negativas. Todo el mundo ha comprobado la típica situación de la que esperas muchos y al final no ocurre ni la mitad de lo que esperabas.
Pero qué ocurre cuándo las expectativas son bajas? A mi, por esta vez me ha ido bien, pero en realidad los estudios dicen que pensar que ocurrirá lo peor hace que tus acciones se encaminen al fracaso, en lugar de al éxito, ya que actúas como si tu peor pronóstico ya fuera real, cayendo en lo que se llama profecía autocumplida Existe la posibilidad del autosaboteo. Además de pensar en tí mismo como víctima (que no es nada recomendable si buscar ser un superhéroe como yo) puedes caer en pensar mal o hacer juicios de personas o cosas que, a priori, no han actuado aún.
Toda esta reflexión no la hago por llenar un post (bueno un poco sí), pero la hago porque la creo importante en esta temporada de mi carrera deportiva. Han tenido a veces los jugadores las expectativas demasiado bajas y se han autosaboteado y el resultado ha sido una profecía autocumplida??? Es difícil generalizar cuando se trata de un deporte de equipo, pero el contagio del pesismismo es como el de la gripe.
y… qué hacer:
1. Ser consciente de que tenemos las expectativas bajas. Como os he contado al principio esta vez, me dí cuenta y me propuse trabajar a mil para superarlo, pero ha sido siempre así?
2. Puentear las bajas expectativas. Hacernos preguntas del tipo ¿qué es lo peor que me puede pasar? (perder un partido, en términos absolutos no es tan grave, no intentarlo sería mucho más grave) ¿qué puedo hacer para cambiarlo?, etc
3. Cambiar la expectativa negativa por otra más favorable, hacerte una segunda oferta a tí mismo. En estas semanas yo me he propuestos objetivos pequeñitos y personales, algunos de rendimiento y algunos de salud, pero la mayoría de los que me propuse tenían que ver conmigo misma, rollo mimarme, entrenar un poco más, pasear, ver sitios nuevos…
Y… funcionó. Ahora solo me queda integrar este nuevo conocimiento, como todos los que tengo, a la mejora del equipo.


